sábado, 27 de febrero de 2010

San Juan

No nos podíamos ir de Puerto Rico sin conocer la bella ciudad de San Juan. Después de dos semanas en Vieques decidimos pasar dos días en la capital aprovechando que nuestro avión de vuelta a EE.UU. salía de esa ciudad y que un viejo compañero de equipo de Mikel vive ahí desde hace años y nos podía alojar.
El viaje desde Vieques hasta la parte vieja de San Juan fue toda una aventura. Primero tomamos un ferry desde la Isla Nena hasta la Isla Grande que salió con retraso debido a un pequeño incendio en las defensas del casco que la tripulación se tomó con calma el extinguir. Bienvenidos al Caribe. Después una "guagua pública" hasta la ciudad de Fajardo. Luego en Fajardo tuvimos que esperar en la estación de "guaguas públicas" hasta que hubiese suficientes pasajeros para marchar a Río Piedras, a las afueras de San Juan (los puertorriqueños que viajan en guaguas públicas no acostumbran a ir al Viejo San Juan). Finalmente en Río Piedras cogimos un autobús lleno de personajes (yonkis, gordas de uñas de 10cm con perros minúsculos vestidos como sus amas, colegiales, bebes en pañales, ancianos que se quedan dormidos...) que tarda 2h debido a un tráfico infernal en llegar a su destino: La bella ciudad colonial de San Juan. En total 7h para un trayecto de 1h y media a lo sumo.

En San Juan nos esperaba un calor bochornoso que combatíamos a la sombra de los inmensos árboles que salpican la ciudad cuyas raíces no entienden de barreras arquitectónicas y destruyen calzadas y muros a su antojo.
San Juan es una de las primeras ciudades fundadas por los españoles y una de las más bonitas y mejor conservadas. La ciudad es conocida como la Ciudad Amurallada por obvias razones y cuenta con una preciosa fortaleza (en realidad tiene 2) llamada San Felipe del Morro.
La ciudad está perféctamente cuidada debido a que es uno de los destinos favoritos para los cruceros que recorren el Caribe. Pasear por sus preciosas calles adoquinadas con piedras irisadas y contemplar sus casitas pintadas de llamativos colores es todo un placer.
Aunque se nota que es un oasis en la extensa y sobrepoblada ciudad de San Juan, preparada y conservada para el disfrute de turistas, todavía pueden encontrarse varias calles sin
bares o tiendas de souvenirs en las que sentirse por un momento parte de la ciudad y no un turista más.
En nuestra retina se quedarán grabadas imágenes de las sombras que proyectan los ventiladores en los techos de las habitaciones con las ventanas abiertas, patios llenos de plantas y cuadros que uno contempla a través de las lamas de una contraventana, o el sonido de una solitaria trompeta que inunda los rincones de una desierta calle al atardecer.
Tuvimos la suerte de estar alojados en casa de Borja y Fredericka, los cuales viven en el piso 16 de un edificio en primera línea de playa. Nos trataron fenomenal y tuvimos la oportunidad de degustar sushi estilo caribeño. Delicioso por cierto.

Este fue el final de nuestra experiencia caribeña que tanto hemos disfrutado. Aunque nos quedamos con la espina clavada de no habernos involucrado más con la población local y haber llegado a conocer que es lo que piensan y como viven. Sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un "estado libre asociado" a EE.UU. caso único y muy interesante desde el punto de vista político y social. Pero bueno, las circunstancias no lo permitieron.

Paloma y Mikel

P.D. Podéis ver más fotos aquí

jueves, 25 de febrero de 2010

Vacaciones en el paraíso

Después del frío polar que pasamos en Nueva York y en New Jersey rápidamente emigramos hacia las cálidas aguas del Caribe. Amablemente invitados por nuestros mecenas Susan y Allan a los cuales estaremos eternamente agradecidos por su hospitalidad durante estos meses, llegamos finalmente en barco a Vieques, la Isla Nena de Puerto Rico.
Allí nos esperaban días de playa, piña colada y relax absoluto. Nuestra máxima preocupación se limitaba a preparar los sándwiches del medio día.
Los Smiths son viejos amigos de los padres de Mikel y su familia adoptiva durante el año que vivió en EE.UU. Desde hace 15 años esta fantástica familia huye al calor de Vieques cuando en New Jersey suele estar nevando. Eligieron este destino porque es posiblemente la isla del Caribe menos desarrollada y explotada turísticamente debido a su historia (mirar entrada anterior). Alquilan una pequeña casa en lo alto de una colina donde cuentan con una vista que quita el hipo. No hay nada mejor que mirar el horizonte al atardecer desde esa terraza donde se pasa la mayor parte del tiempo que se está en casa.
Los días son copias unos de otros. Levantarse tarde, hacer un poco de yoga (más Palo que Mikel), desayunar un buen bol de fruta tropical, hacerse los bocatas para la playa y llenar l
a neverita de cervezas bien frías, untarse de crema solar factor infinito y montarse en el coche rumbo a una playa distinta cada día.
Las playas son bastante salvajes y si tienes suerte puede que la disfrutes tú solo. Sin embargo los fines de semana a los locales les gusta pasar el día en la playa en plan dominguero y con su salsa o reggaeton a todo trapo.
Nosotros dedicamos las horas de playa a leer y a explorar el
mundo marino así como la flora y fauna de la playa tan abundante y diferente a la que estamos acostumbrados. Snorkeleando, como dice Palo, tuvimos el placer durante unos minutos de nadar junto con una manta raya y con una pareja de sepias que parecían bailar en pareja . También vimos peces y corales de todos los colores e incluso Mikel casi atrapa una langosta con sus propias manos. En tierra firme uno se entretiene buscando cangrejos, intentanto coger cocos o saludando a los caballos que vagan libres por la isla.
Por la tarde después de la playa, tras una duchita y una piña colada casera viendo el atardecer con buena música de fondo, solíamos salir a cenar fuera o preparábamos algo rico para tomar en casa. Vamos, un estrés total.

Sin duda lo más alucinante que hicimos fue la
excursión nocturna a la bahía Mosquito, la segunda bahía con más bioluminiscencia en el Mundo. Para los que no sepaís lo que es eso de la bioluminiscencia, se trata de unos microorganismos que suelen encontrarse en el agua del mar y que al ser agitados emiten una luz. Algo así como la luz de una luciérnaga pero en pequeñito. En esta bahía lo que sucede es que su concentración, debido a las características de la misma, es elevadísima. Ésto significa que cuando uno se tira al agua (mejor si no hay luna) su cuerpo se ilumina como si fuese radioactivo. Una cosa mágica donde las haya. Es como si uno se transformase en el el Dr. Manhattan de los Watchmen.

Pero tras casi dos semanas de "vacaciones en el mar" decidimos ir a la Isla Grande para pasar un par de días en San Juan antes de volar de nuevo a New Jersey, nuestra base de operaciones.

Nunca se podría explicar con palabras la belleza de una isla como esta, así que aquí os dejamos con las fotos de esos días.

Palo y Mikel

sábado, 20 de febrero de 2010

Una isla llamada Vieques

Vieques es una pequeña isla caribeña perteneciente a Puerto Rico. La Isla Nena, como también la llaman los lugareños se situa justo al este de la isla principal de Puerto Rico, a unos 10 km de ésta. La isla cuenta con una superficie de unos 135 km2 (lo que viene a suponer unos 13km de largo por 6km de ancho) y unos 9000 habitantes.
Hace ya miles de años los indígenas de esta zona del mundo, los indios Taínos, campaban por esta isla llena de exhuberante vegetación, pero como suele ser costumbre, no fue hasta la llegada de Colón en 1493 que empezamos a conocer con más detalle la historia de Vieques.
Vieques, de hecho, fue la segunda isla que decubrió, o mejor dicho, "redescubrió" el genovés tras Hispaniola. Por supuesto desde ese momento se convirtió en parte de la Corona Española, aunque sólo fuese de manera simbólica, puesto que la mayor riqueza natural de la isla de Puerto Rico hizo que los nuevos colonizadores no se detuvieran mucho tiempo en esta isla y se establecieran la Isla Grande, fundando San Juan, y aniquilando rápidamente a su población nativa
que no parecía muy dispuesta a ser subyugada. Vieques se convirtió en un refugio para los tainos que escaparon de las masacres en la Isla Grande, aunque pronto tuvieron que enfrentarse a los españoles en Vieques y la superioridad armamentística de éstos (entre los que destacaban el uso de feroces perros que a los que los nativos temían enormemente) hizo que fuesen rápidamente derrotados y desapareciesen hacia 1514.
Desde ese momento la isla se convirtió en un anárquico refugio de renegados, esclavos fugados, contrabandistas y maleantes; que convivian a su modo en un lugar de escaso interés para los poderosos gobernantes de la época.Durante las décadas siguientes la isla se convirtió en el objeto de nuemorosas disputas por su control entre las potencias coloniales de la zona (españoles, ingleses, holandeses y franceses). Su potencial estratégico y las ansias expansionistas de las potencias coloniales desembocaron en la construcción y destrucción de fortalezas (junto con sus respectivos colonos) en cuyas plazas ondeaba cada vez la bandera de una potencia europea distinta. Finalmente los españoles parece que consiguieron asegurar el control de la isla a mediados del siglo XVIII.

La isla retornó de nuevo a su antiguo estado de rebelde acracia hasta que un intrépido francés llamado Le Guillou, proveniente de la colonia francesa de Guadalupe, propuso un trato al gobernador de Puerto Rico. Él recobraría el control de la población de la isla para la Corona Española a cambio que se le otrogasen generosas concesiones de tierra
en la isla. Le Guillou había observado el lucrativo negocio de explotación de caña de azucar que estaba floreciendo en Haití y estaba determinado él también a enriquecerse de este modo. Así que regresó a Guadalupe donde reclutó una milicia de mercenarios de la peor calaña a los que armó hasta los dientes. Tras lo que supongo no fue precisamente un trato amistoso, consiguió someter a la población viequense y comenzar lo que se vendría a llamar la era del monocultivo de la caña en Vieques.
Muchas décadas pasaron desde entonces en lo que uno puede imaginarse como un transcurso histórico no muy diferente al de tantas otras islas caribeñas dedicadas al monocultivo de un producto tan codiciado por los paises occidentales.
Otro hecho interesante, pero que no creo que merezca la pena ser tratado en esta entrada por la poca significación que tuvo para esta isla fue el traspaso del control de la isla los Estados Unidos tras la derrota que sufrió España en Cuba y Filipinas en 1898. Puerto Rico fue parte del botín de guerra que el vencedor de esa guerra obtuvo.
Así volvemos nuestro recorrido histórico hasta los años treinta. Entones la creciente amenaza de una guerra en Europa atrajo el interés de los estrategas militares estadounidenses de nuevo hacia esta pequeña isla estratégicamente situada para proteger el Caribe y en especial el Canal de Panamá. La Marina decidió construir entonces una base naval lo suficientemente grande como para poder alojar su flota altántica así como la del Reino Unido en caso de que ésta cayese en manos de los alemanes.

Así comenzó uno de los eventos que ha marcado más profundamente la historia de Vieques y de sus residentes.La nueva base debía tener unas inmensas proporciones así que se decidió expropiar dos tercios de la superficie de la isla en dos sectores ubicados en cada extremo de la misma. Este proceso como muchas veces sucede con la intervención de nuevos mega proyectos en un area desfavorecida atrajo un sabor agridulce en la población viequense que posteriormente resultó ser devastador.
Por un lado la expropiación de tal cantidad de tierras supuso un duro golpe económico y moral para sus habitantes. La mayoría de las tierras expropiadas pertenecían a grandes terratenientes que mediante acuerdos informales permitían a numerosas familias asentarse en su propiedad, donde habían residido durante varias generaciones y donde habían establecido plantaciones y campos de cultivo. Así, a veces con tan sólo 24h de preaviso, la mayoría de los viequenses tuvieron que abandonar sus casas para reubicarse en el centro de a isla, perdiendo los tradicionales medios de subsistencia con los que contaban.Por otro lado la industria azucarera de la isla, principal fuente de empleo y dinero, estaba en pleno declive y la construcción de esta nueva base supuso la contratación de 1700 viequenses (además de 1000 trabajadores más de la Isla Grande) a los que se les pagaba un generoso sueldo para la época. Además se prometió a los isleños una gran cantidad de empleos y oportunidad de negocio más tarde con la llegada de miles de soldados.
Sin embargo a prosperidad que trajo la isla duró pocos años. El hecho de que el campo de batalla naval durante la II Guerra Mundial resultase ser el Pacífico en vez del Atlántico supuso un cambio radical en los planes de los estadounidenses. La construcción de la base naval se paralizó (tan solo queda hoy un solitario muelle de un kilometro y medio)
y en su lugar se decidió dedicar el terreno a un campo de prácticas para bombardeos, construyéndose una serie de bunkers para el almacenaje de armamento pesado. Así pues pronto las oportunidades de trabajo para los isleños se esfumaron y el Sueño Americano se convirtió en una pesadilla.
Los viequenses fueron privados en gran medida de sus tradicionales medios de subsistencia, como la pesca, la caza de cangrejos, así como el cultivo de frutales y la cria de animales; que se vieron seriamente afectadas por la limitación de el acceso a la tierra y la costa. Además, con menos de 300 soldados y unas instalaciones extremadamente limitadas las oportunidades de trabajo o de negocio fueron casi inexistentes.
Vieques se convirtió en un gran campo de tiro en el que ensayar nuevas y peligrosas armas como bombas de uranio empobrecido, agente naranja, napalm o bombas que creaban nueves de fibra de vidrio para confundir a los radares.
Esto ha supuesto que actualmente una gran parte de la isla esté contaminada y no sea de libre acceso, que en bellas zonas como la laguna Kiani el baño esté prohibido debido a los altos indices de toxicidad de sus aguas, y a que el índice de cancer en la isla sea un 27% mayor que en el resto del país.

Hacia de los años 60 se empieza a organizar un Comité en defensa de Vieques para articular el creciente movimiento de protesta contra las actividades del ejército Americano. La cofradía de Pescadores asume gran parte del liderazgo y
en 1978 consiguen paralizar unas maniobras militares en las que 2500 marines tenían previsto desembarcar. En una valiente maniobra las pequeñas embarcaciones de pescadores, armados de cables de acero, fueron inhabilitando una a una las hélices de las lanchas que debían desembarcar a los soldados.
Por supuesto a este evento le siguieron numerosos arrestos y una escalada del tono de las protestas.Otro capítulo en la lucha de los viequenses contra el ejército es lo que se ha venido a llamar la “batalla de Sun Bay”. En 1997 la presencia de buques holandeses y belgas en unas prácticas de tiro (que habian pagado importantes sumas para poder ellos también lanzar unas bombas) desencadenó la ira de los habitantes de la isla. Esa mañana se libró una batalla al estilo de las que vemos de Greenpeace contra buques balleneros en las que pequeñas embarcaciones de pescadores se enfrentaron a los inmensos buques de guerra holandeses y belgas. Los cañones de agua a presión y el lanzamiento de todo tipo de objetos a las pequeñas lanchas no impidieron que éstas consiguiesen pintar el casco de los buques borrando así su número identificativo, lo que las inhabilitaba para la participación en aquellas maniobras.

Pero fue en 1999 cuando un trágico evento conviritió la lucha de Vieques en una lucha a nivel estatal y de seguimiento internacional. Ese año un caza estadounidense erró el lanzamiento de una de las bombas que descargaba y mató a David Sanes, un guarda de seguridad local. Este hecho desata la furia de los isleños y de todos los puertorriqueños. Comienzan a llegar activistas de todo el país y surgen movimientos de apoyo en EE.UU. y la
tinoamérica. Manifestaciones se repiten en la isla y se instalan campamentos permanentes de protesta dentro y fuera del territorio de la base. Incluso en 2000 un activista cuelga durante varios minutos una pancarta de la Estatua de la Libertad en Nueva York exigiendo el fin de la ocupación y destacadas figuras como Hillary Clinton, el reverendo Jesse Jackson (cuya esposa es incluso arrestada en Vieques en el transcurso de una protesta) o el Dalai Lama piden el cese de los bombardeos.En 2000 el presidente Clinton declara que los bombardeos continuarán hasta 2003 a cambio de una “compensación” de $40mill, año en el que se prevé un referendum sobre la continuidad de la Marina en la isla a cambio de otros $50mill.
Esta sobervia propuesta provoca la ira de los viequenses y de todos los puertoriqueños puesto que el referendum no contemplaba la salida inmediata del ejército. La mayor manifestación en la historia de Puerto Rico tiene lugar contra el gobernador (lo que viene a ser el presidente del gobierno) por permitir el referendum, que finalmente nunca llegó a celebrarse. Ante tal avalancha de potestas el presidente Bush declara el fin de as operaciones y el cierre de las instalaciones en 2003. Los viequensesj habían vencido.

Pero la victoria no es completa todavía. La isla todavía esta llena de artillería sin detonar. La vegetación destruida durante años de bombardeos no ha sido restituida y los niveles de contaminación siguen siendo extramadamente altos. Incluso todavía existen embarcaciones undidas utilizadas como blancos de tiro que siguen contaminando las aguas. Hasta que todo esto no sea compensado, los habitantes de esta pequeña isla del Caribe no habrán recuperado su dignidad.
Mucha suerte.

Mikel

lunes, 15 de febrero de 2010

La gran nevada

De nueva York tuvimos que salir un día más tarde por el temporal. Aunque realmente no fue porque no pudiésemos tomar el tren sino porque en New Jersey, nuestro destino, había caído tal nevada que Susan, que nos tenía que venir a recoger, no podía salir de casa atrapada en más de medio metro de nieve. Juzgad vosotros mismos.


Palo y Mikel

sábado, 13 de febrero de 2010

Jardines comunitarios


En NYC llevan ya muchos años con esto de los parques vecinales, o community gardens como los llaman aquí. Se trata de parcelas en medio de las ciudades que son reclamadas por los vecinos para la creación de un espacio verde y su gestion y mantenimiento vecinal. Algunos se ubican en pequeñas parcelas entre edificios, otros ocupan enormes parcelas en lo que antes posiblemente era un solar inóspito. En ellos se fomentan las relaciones vecinales, se cultivan alimentos para la comunidad y para que los niños aprendan que las patatas no bortan ya fritas y abunda el reciclaje y trabajo voluntario. Si tiene el suficiente espacio incluso los puedes encontrar con escenarios donde poder disfrutar de agradables conciertos u obras de teatro.
Nosotros visitamos 4 en Manhattan que estaban muy cerquita y que eran una delicia de ver, aunque por ser invierno estuviesen cerrados y bastante salvajes.


En Madrid vamos muy por detrás en este tipo de cosas y sólo contamos con dos, el que desde hace años ya existe en el barrio del Pilar y el recien nacido en Lavapiés (más bien renacido después de que e Ayuntamiento lo cerrase y destruyese en dos ocasiones) Esta es una Plaza

Mikel

viernes, 12 de febrero de 2010

Where are you from?

¿Quién es realmente neoyorquin@?
Lo son tod@s. De todos los países y procedencias posibles. De todos los colores y con todos los rasgos habidos y por haber. Se escuchan infinidad de acentos diferentes. Se respira la mezcla. Muchos permanecen manteniendo su cultura, otros la mezclan y otros tantos no, ya que tal vez ni siquiera hayan estado nunca en su país de origen. Cada generación un poco más asimilada. Es la americanización.
Por eso en NYC nunca se le pregunta a nadie de donde es, porque todo el mundo puede ser de allí.
Yo lo hicé el primer día que llegué con una chica de ojos rasgados a la que me presentaron. Tenía el presentimiento de que era coreana, y me hacía ilusión que fuese de allí porque he conocido gente estupenda de ese país.
La chica me contestó con tono sarcástico que era del Upper West Side, un barrio de la ciudad.
Aprendí entonces que es mejor no preguntar. Pero mi intuición no había sido mala. Nuestro amigo Carlos me aseguró que sus padres eran coreanos.

Palo

jueves, 11 de febrero de 2010

Los museos de Nueva York


Nueva York es una ciudad llena de museos, pero al tener tan sólo cinco días para visitarla, nos vimos obligados a elegir. Ya habíamos visto unos cuantos en nuestra anterior visita, y el hecho de que en alguno de ellos la entrada cueste la voluntad (sí, aunque esté escrito con letra muy pequeña, puedes pagar lo que quieras) hizo que nos decantásemos por tan solo dos: el Museo de Historia Natural y el Metropolitan Art Museum.
El primero quizás no sea tan visitado por los turistas extranjeros que inundan otros museos como el Moma o el Gughenheim, pero a nosotros nos fascinó. Quizás a muchos os suene de verlo en alguna película por las recreaciones de decenas de parajes naturales de distintas partes del planeta (tambien acuáticos) con la flora y la fauna disecada mirándote al otro lado del cristal. Es un museo enorme y entretenidísimo, además de didáctico. Una ballena azul a tamaño natural que cuelga del techo, el esqueleto de un brontosaurio protegiendo a su también esquelético retoño del ataque de un velocirraptor, la sección de una secuoya de cuatro metros de diámetro, un peludo Neanderthal en una vitrina… Este museo es una caja de sorpresas. Además de su contenido es particularmente encantador su estilo antiguo que parece no haber cambiado desde que se construyó a mediados del siglo XVIII.

El segundo museo que visitamos, el “Met” como lo conocen aquí está justo en frente del anterior, pero al otro lado del grandioso Central Park. No es un museo de arte convencional lleno de cuadros y esculturas. Aquí uno puede encontrarse desde el retrato tamaño gigante que Andy Warhol le pintó a Marylin Monroe en colores de los más chillones, como la verja de la catedral de Valladolid, o un cuarto diseñado enteramente por Frank Lloyd Wright. Cada sala tiene un estilo diferente, y cuando hablamos de diferente nos referimos a pasar de un claustro gótico a una amplia sala de paredes blancas y una gran cristalera art decó. Una verdadera maravilla museística.

Palo y Mikel

miércoles, 10 de febrero de 2010

Las furgonetas de NYC


En Nueva York se da un fenómeno interesante. Sus calles estan llenas de furgonetas y camiones de reparto totalmente cubiertos de graffitis, como el de la foto. Y aunque en otras ciudades puede verse tal fenómeno, en esta ciudad es algo exagerado.

Mikel

martes, 9 de febrero de 2010

New York, New York...


La aventura comienza en un destino un tanto cosmopólita, la ciudad que nunca duerme y en la que todo vale, el centro del mundo para muchos y un infierno para otros: Nueva York.

Nada más aterrizar nos dirigimos a un bar donde nos esperaba nuestro amigo Carlos y donde realizamos una cómica entrada con nuestros macutos, abrigos, bolsas de viaje y otros enseres que contrastaban en gran modo con la escena que ofrecian l@s neoyorquin@s que disfrutaban de una pinta o de suntuoso cocktail después de otro día de trabajo. Carlos (Chari para los amigos españoles) y sus maravillosos compañeros de piso, Dan y George, nos acogieron en su pequeño apartamento (todo un derroche de metros cuadrados para lo que uno se puede permitir en la Gran Manzana) en el Lower East Side de Manhattan.

Nueva York es una ciudad de unos 8 millones de habitantes, pero cuando pensamos en esta ciudad lo que nos viene a la cabeza es Manhattan, donde en tan sólo vive una quinta parte de la población neoyorquina. Imaginamos sus interminables avenidas llenas de taxis amarillos, su actividad frenética, sus altos rascacielos, sus variopintos residentes y sus mil y un restaurantes y bares donde todas las noches son un buen pretexto para tomarse algo.
Nuestro amigo Carlos (así como esa genial pareja que tiene por compañeros de piso y que ya consideramos nuestros amigos) vive en el centro de toda esa actividad, en uno de esos apartamentos de ladrillo con una escalera de incendios que recorre toda la fachada. Se encuentra justo al lado de Chinatown y el Soho, dos barrios muy diferentes pero llenos de un encanto que sólo puede encontrarse en esta ciudad. Gracias a ellos disfrutamos de un maravilloso concierto (
The Spring Standards) en un pequeño bar donde cada treinta minutos toca una banda diferente. Otro día nos tomamos una copita en un bar de ambiente camuflado en el sotano de un lindo café donde venden ricos pastelitos de todos los colores… Lo curioso es que al bajar las escaleras se transforma en un garito underground donde los camareros no llevan más ropa que unos reducidos calzoncillos y sobre el escenario una banda toca una ecléctica música que suena como si los fantasmas de Poltergeist hubiesen montado un grupo.

Una auténtica experiencia neoyorkina no puede completarse sin entrar en la dinámica del aprovechar el tiempo de la manera más que deriva en un consumo desenfrenado. ¿Para qué voy a realizar algo si alguien me lo pueden hacer y además tardo menos e incluso puede que me cueste menos? He aquí el triunfo del fast food, de las lavanderías y de todos aquellos servicios que acostumbran a llenar nuestro tiempo.

Pero no os creáis que ésto de la comida rápida se reduce únicamente al Macdonald’s y al Burger. Tampoco hay que creer que toda la comida rápida es de mala calidad, ya que hay restaurantes de comida preparada riquísima y muy saludable (evidentemente los precios varían de manera considerable). Existe una infinita de variedad de restaurantes de comida fast food donde encontrar comida de todo el mundo y poder saborearla en cualquier sitio. Los neoyorquinos se alimentan de comida rápida en el metro, en la calle, en el parque, en la oficina mientras trabajan… y si, en casa también lo hacen.

No es la primera vez que visitábamos la Gran Manzana, por lo que no dedicamos todo nuestro tiempo a realizar las típicas visitas. Intentamos hacer un turismo diferente.
Uno de los días lo pasamos en Brooklyn, uno de los cinco barrios que compone Nueva York. Allí nos encontramos con Franc, un antiguo colega de nuestro amigo Junca de su época de Erasmus. Nos hizo mucha ilusión porque era el primer encuentro con uno de los contactos que nos habéis enviado; una persona que no conocíamos de nada y con la cual compartimos un día muy agradable: paseíto y comida en la 7th Av. y luego unas cervecitas en Williamsburg. Fue muy interesante, no sólo por lo que hicimos, sino por haber tenido la oportunidad de conocer otro punto de vista sobre la ciudad que no se limitase a Manhattan. Podéis echar un vistazo a
su blog, merece la pena.

De todos modos, por donde más nos movimos fue por Manhattan. Y, hay que admitirlo, es un lugar muy divertido donde todo vale. Pasear por la calle o viajar en metro es una experiencia de lo más interesante desde el punto de vista sociológico. Los estilos no están definidos, cada uno busca el suyo propio, auténtico y original.
Sudaderas ochenteras, look de leñador, zapatos de tacón con calcetines, raperos llenos de blingbling(mucho oro y brillantes aunque sean de plástico), yuppies con traje de chaqueta y zapatillas de deporte, look de bohemio parisino y todo tipo de mezclas eclécticas. Incluso en la tienda de Chanel el maniquí se revela vistiéndose con chandal y zapatos de tacón. Antes muerta que sencilla.

Otra de las cosas que observamos en Manhattan es que se mueve mucho dinero y eso deriva en estar a la última en todo tipo de artilugios "cool" y corrientes "new age". En Central Park uno no se cansa de ver a gente haciendo "jogging" enfundada en prendas deportivas de última moda. Pero no sólo los humanos van a la última, los perros también lucen sus galas térmicas de lycra o forro polar. ¡Hasta vimos un perro con botines! El iPhone se ha convertido para los neoyorkinos en un nuevo apéndice y sus caras se iluminan mientras garabatean con el dedo en la su pantalla. Para llenar el estómago nada mejor que irse a un "brunch" (no es el breakfast, no es el lunch... ¡es el brunch! ohhhh yeahhh) y tomarse unas mimosas (champagne con zumos tropicales) y un plato con un nombre en otro idioma hecho con ingredientes 100% orgánicos.

Como muchos vistéis en las noticias, no nos tocaron días primaverales precisamente. Una tremenda tormenta de nieve paralizó la ciudad, cerrando colegios y permitiendo a muchos no ir a trabajar. Nosotros nos aprovisionamos de comida, pelis y helado para no salir en todo el día de casa. De hecho tuvimos que retrasar un día nuestra partida a New Jersey debido a la nevada.
Finalmente pudimos tomar el autobús hacia nuestro siguiente destino aunque en el camino a la estación la ciudad nos regaló una última imagen para el recuerdo: un personaje que plácidamente estaba meditando en medio de Times Square mientras dos policías discutían acaloradamente con un amigo suyo sobre si podía continuar con su perturbadora acción.

Good bye New York.

Palo y Mikel

P.D. podéis ver más fotos
aquí

viernes, 5 de febrero de 2010

¿Y ésto por qué?

¿Y por qué no?
Hoy comienza para los dos un largo viaje (o no) rumbo sur que nos llevará desde Nueva York, EE.UU. hasta quien sabe donde, quizás Argentina, en la otra punta del continente.
Este proyecto de viaje lleva rondando nuestras cabezas desde hace ya un largo tiempo (ya en París, hace dos años, soñábamos despiertos con un viaje de este calibre), pero ha hecho falta madurar la idea y meses de trabajo y ahorro para poder llevarlo a cabo.
Mucha gente nos pregunta por que decidimos dejarlo todo y partir a miles de kilómetros de distancia para pasar meses con una mochila a la espalda en la que guardar todo lo necesario para sobrevivir durante nuestra aventura. Como los caracoles, con la casa a cuestas.
Las razones son muchas: porque nos gustan los comienzos, porque disfrutamos conociendo lugares y gente nueva, porque somos jóvenes y es el momento, porque sentimos que viajando se crece y se aprende a apreciar lo que uno tiene, porque queremos descubrir y descubrirnos, porque el mundo es muy grande y diverso y no nos lo queremos perder, porque queremos aprender a vivir con menos, mas libres, porque sentimos que "esta locura" es lo mas cuerdo que podemos hacer, porque juntos podemos... Hay mil porqués, pero sólo en el camino entenderemos porque lo hicimos realmente.
Nuestro plan de viaje se reduce a disfrutar del camino con los cinco sentidos bien alerta pero esto no significa que tengamos un objetivo concreto que debamos cumplir antes de volver a nuestra tierra. Es un viaje iniciático con el que no queremos demostrar nada a nadie, por lo que nunca sería un fracaso volver a casa mañana o el mes que viene.
En este viaje nos sentimos muy acompañados por tod@s vosotr@s que nos habeis expresado vuestro cariño y apoyo, además de vuestra ilusion por nuestra aventura. Nos llevamos una libreta llena de consejos, contactos y recomendaciones que seguro nos serán de gran utilidad. Gracias.
Hemos decidido hacer este blog para que podais seguir nuestras andanzas y ademas pensamos crear una cuenta en Flickr para colgar nuestras fotos y que podais incluso vernos de vez en cuando. Esperamos vuestros comentarios y mensajes en cada una de las entradas que vayamos escribiendo aunque debido a las dificultades para poder tener una conexion a la Red no prometemos que esten siempre actualizadas.

Un abrazo muy fuerte a tod@s.

Paloma y Mikel