Muchos nunca llegarán. Quizás caigan del techo del vagón al quedarse dormidos. Quizás las maras los secuestren y después de robarles el poco dinero que llevaban escondidos en el dobladillo del pantalón los maten por diversión. Quizás sean extorsionados por la policía y pierdan lo poco que les quedaba para que un “coyote” les cruzase la frontera. Quien sabe. Puede que sus familias nunca sepan que nunca llegaron y se consuelen con la esperanza de que simplemente se olvidaron de ellos una vez alcanzada la tierra prometida.
Es la versión americana del drama africano que en Europa conocemos mejor. Esta vez no vienen de Senegal, Gambia o Guinea Bissau sino de Guatemala, El Salvador o Brasil, pero también tienen que recorrer miles de kilómetros y pasar mil penurias para poder intentar cruzar una absurda frontera protegida con altas vallas de alambre y guardias armados. Y también como los subsaharianos que intentan llegar a Europa serán víctimas de mafias y extorsionadores que se aprovecharán de ellos, los más vulnerables.
Muy poca memoria tiene el hombre y las sociedades que olvidan su pasado reciente para repetir en el prójimo los agravios de los que fueron víctimas. No sólo españoles o estadounidenses, inmigrantes en tierras tierras hostiles hace no tantos años, egoístamente cierran los ojos a su pasado levantando muros sino que naciones que todavía ven como sus ciudadanos emigran en búsqueda de una vida que no pueden encontraren su tierra miran hacia el sur y levantan muros tan altos como los que se encuentran más al norte. Siempre habrá un país más al sur. Siempre habrá un lugar donde la gente tenga la piel más oscura o estén más desesperados. Muchas veces no ni siquiera hace falta buscar fuera. Indígenas en México, latinos en EE.UU., Gitanos en Europa... Buscando la redención nos ponemos a la altura del opresor y nos oprimimos a nosotros mismos aunque nos sintamos más poderosos. Superiores. Es la dualidad del ser humano. Opresor oprimido.
En México el presidente Calderón protesta enérgicamente ante el trato que reciben sus compatriotas en Estados Unidos mientras en México aparecen los cuerpos de 72 inmigrantes maniatados y cosidos a balazos. Aquellos con aspecto latino en Arizona podrá ser identificado para ver si no tienen papeles y ser encarcelados y expulsados. La policía mexicana extorsiona a los inmigrantes centro y sudamericanos que cruzan México. Miles de latinos y estadounidenses salen a las calles de Phenix, Arizona para protestar contra la nueva ley. En México nadie sale a la calle a defender a los miles de inmigrantes que pierden la vida de manera violenta cada año de manera violenta en México.
Mikel
esto es verdadera mente triste pero en fin es verdad como nos admiramos de lo que los gringos hacen con nuestra gente, pero practicamente en mexico estamos igual y con semejante presidente inutil!!!! deveria de dar un poco de lo que se roba para ayudar a nuestros vecinos, casas para que descancen, comida, ropa etc.
ResponderEliminaralgo mas que puedo y quiero decir es que somos un país demasiado mediocre lleno de ideologías y de la busca de la supervivencia de uno mismo, somos individualistas por naturaleza y egoístas, pero verdadera mente es demasiado triste ver a familias que están descansando cuando la bestia se detiene, ver sus caras de hambre y preocupación y uno sin poder hacer lo suficiente para ayudarlos, tener la intención es bueno pero el tener la disponibilidad y el capital seria mejor en lugar de que el tonto de el "presidente" este parándose el cuello con juegos estúpidos como los pasados panamericanos debería de preocuparse mas por lo que pasa en este país que se supone que para eso se le paga, otra cosa como de esto no se habla se hacen de la vista gorda, acaso sera por que no tienen los pantalones para sacar adelante estos sucesos. pero prácticamente es demasiado fuerte y estas personas son demasiado valientes para arriesgarse tanto uno solo como los que viajan con sus familias. me quedo sin palabras y con una gran impotencia.
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