lunes, 22 de noviembre de 2010

El evangelismo en Guatemala

Iglesia de Dios Evangelio Completo, Asamblea de Dios, Iglesia Príncipe de Paz, Iglesias del Nazareno, Palabra de Dios... Estos son algunos de las denominaciones de las decenas de iglesias evangélicas que pueden encontrarse en cualquier rincón de Guatemala.

Desde hace ya muchos años, en especial desde que comenzó la guerra civil que sufrió Guatemala durante 36 años, las iglesias evangélicas de denominación pentecostal y neopentecostal han ido aumentando vertiginosamente sus adherentes hasta el punto que se calcula que ya prácticamente el 50% de la población guatemalteca se declara perteneciente a alguna de estas iglesias. Con 4000 pastores (contra 2000 sacerdotes) y más de 7000 templos la iglesia evangélica le ha arrebatado a la anteriormente poderosa y predominante iglesia católica una enorme cuota de poder e influencia. Esto constituye un interesante proceso de transición religiosa y cultural que merece la pena ser analizado.

En 1873 el presidente Rufino Barrios instauró en el país la libertad de culto en un intento de restarle influencia a la poderosa iglesia católica y con la intención de que la influencia protestante así como sus caridades y escuelas ayudasen a la modernización del país. Este hecho abrió la puerta a que numerosas iglesias protestantes, como la luterana, episcopal o la metodista se introdujesen en el país, aunque con el paso de los años haya sido la corriente pentecostal aquella que mayor fuerza y fieles a adquirido.

Una de las razones de este vertiginoso crecimiento se debe al agresivo proselitismo que practica esta rama evangelizadora. Su propio nombre hace referencia al suceso narrado en la biblia de que en el tiempo de Pentecostés los apóstoles recibieron el don de hablar varias lenguas como señal de su misión evangelizadora. Siguiendo este designio divino organizaciones evangélicas crearon misiones, escuelas y todo tipo de organizaciones proselitistas como el Instituto Lingüístico de Verano (ILV) que con el pretexto de traducir la Biblia a diversas lenguas indígenas, desde hace décadas ha ido adentrándose en las más remotas zonas de Guatemala (y de otras partes de América) para expandir la fe evangélica.

Pero este trabajo misionero no explica por sí sólo el fenómeno evangélico en este país. La razón más importante de su expansión debemos buscarla en los años durante la que se desarrolló el “conflicto armado interno”, que es como eufemísticamente se nombre de manera oficial a la guerra civil que asoló el país entre 1954 y 1996. Durante este sangriento periodo, que comenzó con el derrocamiento (con el apoyo de EE.UU.) del recién electo presidente Jacobo Arbenz, se han sucedido numerosos golpes de estado, dictaduras, fraudes electorales, múltiples guerrillas y grupos armados así como grupos paramilitares y sobre todo la destrucción de 440 aldeas, más de 600 masacres documentadas, 55.000 desaparecidos y 200.000 muertos (Comisión de esclarecimiento Histórico). Durante estos años los movimientos sindicales, los movimientos campesinos, los movimientos indígenas, los movimientos políticos socialdemócratas, los movimientos revolucionarios y los movimientos comunales católicos de base, todos ellos agentes de un intento de profundo cambio social, fueron progresiva y sistemáticamente perseguidos, diezmados, arrasados y masacrados. Tan sólo los movimientos sociales pentecostales o neopentecostales en Guatemala fueron los únicos permitidos.

Las corrientes pentecostales fueron una importantísima herramienta de control social que los regímenes autoritarios y genocidas de esos año no dudaron en utilizar a su favor. A raíz de la Conferencia de Obispos de Medellín del 68 en la que la iglesia latinoamericana adoptó fuertemente los preceptos de la Teología de la liberación en Latinoamérica los regímenes militares empezaron a ver a la iglesia católica y a sus catequistas como enemigos del estado importadores de una ideología comunista. En Guatemala este temor desencadenó una persecución contra organizaciones cristianas de base como Acción Católica, pero también contra algunos altos cargos de la jerarquía católica defensores de los derechos humanos, como el asesinado obispo del la Verazpaz, Juan Gerardi.

La corriente pentecostal evangélica resultaba una alternativa religiosa mucho menos incómoda para la clase dominante con intereses en perpetuar la extrema desigualdad y explotación que se vivía en el país. Como iglesia protestante, el movimiento pentecostal y neopentecostal tiene una fuerte influencia anglosajona (de hecho, estas corrientes nacieron en EE.UU. y allí se encuentran las principales sedes de las numerosas iglesias que hay en Guatemala). Implementa concepciones morales muy puritanas y estrictas, de clara disposición anti-intelectualista y de desconfianza a la razón, aunque de fácil convivencia con un régimen capitalista liberal. Pero sobre todo, se trata de una religión muy controladora en la que los lazos familiares y comunitarios tradicionales son sustituidos por lazos religiosos muy limitados (mi comunidad la constituye los feligreses de mi parroquia) que debilitan la acción colectiva y que incluso la paraliza debido al determinismo de “la voluntad de Dios” y la teoría de la salvación individual.

Calificada por muchos como una religión “refugio”, no parece muy desacertado este calificativo puesto que fue durante los años más duros de la guerra y en los lugares más castigados por las políticas de “tierra arrasada” donde el evangelismo tomó mayor fuerza. Estas iglesias representaron un refugio a la destrucción y el terror que asolaban las comunidades rurales. Una escapatoria a la aniquilación. Un remanso de paz donde poder soñar con la salvación y una vida mejor... aunque fuese en el más allá. Un lugar donde encontrar una comunidad funcional y unas redes de apoyo mutuo (escuelas, radios, clínicas de bajo coste, centros de rehabilitación, casas-hogar, etc.) prácticamente inexistentes y destruidas en las comunidades.

Sin embargo en una sociedad tan clasista como la guatemalteca los estratos más elevados y pudientes no podían permitirse una similitud, aunque sólo sea religiosa, con el resto de la sociedad guatemalteca. Por ello es que son las corrientes neopentecostales, en contraposición a las pentecostales, la que han hecho fuerte mella en las clases dominantes. Esta corriente también evangélica emparentada con las iglesias pentecostales se desmarca de ésta última en su inmovilismo social y proclama que sí es necesario transformar la sociedad para “mejorarla” aunque ello se haya traducido en programas de “limpieza social” y una guerra de exterminio contra la mayoría de la población. Para hacerse una idea de la importancia de esta corriente dentro de los estamentos militares y las élites políticas cabe destacar que el genocida general Rios Montt (que subió al poder mediante golpe de estado y lo controló con mano de hierro entre los años 82 y 83) es ordenado pastor de evangélico y hay quien habla de su sucesor, Mejía Victores como el continuador de “el Gobierno del Verbo” en alusión a la iglesia a la que pertenecen ambos. También otro golpista acusado de genocidio, Jorge Serrano Elías es miembro destacado de una congregación evangélica

Dejando a un lado las teorías sobre un plan orquestado por EE.UU. para introducir valores anglosajones en la sociedad guatemalteca que les permitiesen introducir de manera más fácil sus programas económicos liberales, está claro que los grandes promotores de esta transformación han sido las élites militares y económicas Guatemaltecas. Los responsables y beneficiarios de una de las guerras más largas y crueles de Latinoamérica siguen disfrutando de sus privilegios. El caso más delirante de como las cosas en Guatemala a pesar de los tratados de paz y de la “democratización del país” no han cambiado mucho es el del general Rios Montt. Genocida manifiesto, tras ser depuesto como dictador, fundó su propio partido: el FRG, y consiguió que su candidato ganase las elecciones presidencials de 1999 (increíblemente resultando la fuerza más votada en algunas de las poblaciones más afectadas por la guerra). Tras varios intentos consiguió que el Tribunal Supremo, (a pesar de que la constitución prohíbe presentarse a golpistas) le permitiese presentarse como candidato a la presidencia y tras su derrota se hizo con un asiento en el congreso en 2007, lo que le ha conferido inmunidad frente a los procesos judiciales que hay en su contra, tanto en su país, como en España, donde se le acusa de genocidio, torturas, desapariciones y otras “lindezas”. Su hija Zuri Mayte congresista y líder del FGR además de "digna sucesora de su padre" (también ella está acusado de organizar una violenta revuelta cuando a su padre no le permitieron presentarse como candidato) se casó con un senador republicano estadounidense y vive en EE.UU. aunque desde allí dice “trabajar por la paz y el bienestar de los guatemaltecos”.

Y si los poderosos han sido los grandes eneficiarios, los grandes perjudicados de este proceso, como siempre, son los más pobres. Aquellas comunidades que han quedado divididas debido a que han surgido nuevos conflictos religiosos. Es un patrón que se repite en muchos lugares y que ya hemos visto en algunas partes de Latinoamérica, como en las comunidades rurales del norte de Argentina, o sin ir más lejos en San Juan Chamula, cerquita de San Cristobal, donde en este caso son los evangélicos quienes han sido desplazados a la fuerza por los católicos.

Eternos conflictos religiosos que han embrutecido la historia de la humanidad. Tristemente en la mayoría de los casos la religión es utilizada como herramienta para manipular conciencias y para beneficiar y consolidar los intereses de unas élites. Ahí está el ejemplo de Guatemala.

Mikel

5 comentarios:

  1. Tan distorsionado de la verdad esta el articulo que el autor indica que la hija de Rios Montt, Zury, viven en USA. Lo cual es falso, ella es congresista y vive en Guatemala. Y hoy es pre-candidata para las proximas elecciones. Si el autor de la nota miente en lo minimo, imaginemos en lo MAXIMO...

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  2. Efectivamente es complicado hacer afirmaciones rotundas sobre el lugar de residencia de la señora Rios Montt, pero me resulta dificil pensar que vive en Guatemala, al menos de manera continuada cuando su esposo es congresista en EE.UU. O viven separados (lo cual me cuesta creer) o viven a medio camino entre ambos países (lo más probable). En este último caso creo que ninguno de los dos tiene la razón completa. De todos modos, si tan falsas y mentirosas son mis afirmaciones, por favor, te animo a que me contradigas. Es muy fácil imaginar. Más dificil es demostrar

    Mikel

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  3. Yo conozco un profesor que cada 6 meses viaja a Bolivia para colaborar con proyectos en escuelas, y él también afirma que las Iglesias Evangélicas tienen un efecto inmovilizador que hace a esas comunidades mucho menos reivindicativas que las católicas. Él si sospecha que es un caballo de Troya de E.E.U.U.

    Por otro lado, en algunas personas, la religión tiene efectos liberadores. Qué pena que eso ocurra muy raramente.

    R.B

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  4. En Guatemala es comun subirse a buses con conductores "suicidas", pero todos se sienten seguros porque en el bus agregan el texto "Dios me guía"... Lo mismo ocurre con la politica, viles asesinos como Rios (de sangre) Montt son vistos con buenos ojos porque pertenecen a iglesias evangelicas.

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  5. En lo que si puedo refutarle es que Verbo no pertenece a Rios Montt, si fue parte de esta iglesia hace años, pero debido a su dedicación a la politica dejo sus cargos. Ni él ni Mejia Victores son parte de Verbo ni menos dueños de esta, ya que el ministerio se creó como resultado de la ayuda de un grupo de misioneros luego del terremoto del '76.

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