viernes, 2 de abril de 2010

Casinos

Para no haber estado nunca en un casino, no está mal empezar por Las Vegas. De todas maneras, no fue exactamente como nos esperábamos. No encontramos el glamour que nos imaginábamos viendo las pelis de James Bond.

Sin embargo nos encontramos salas gigantescas llenas de personajes bastante esperpénticos: personajes de camisa hawaiana y calcetines blancos; abuelillas cuyos pies cuelgan en la banqueta y no dejan de meter monedas; mujeres demasiado bronceadas con un cigarro en la boca y la cara iluminada por la luz de las tragaperras; granjeros de la américa profunda con gorra, camiseta de tirantes y tatuajes semicarcelarios y otros personajes del estilo.

Los casinos son salas gigantescas con tragaperras de temáticas diferentes, desde las clásicas de las cerezas y las campanas hasta otras inspiradas en series de la tele. Muchas de ellas no son más que pantallas de ordenador con gráficos de la época en la que Xuxa reinaba en la tele.

En estas tragaperras puedes pasarte el día entero jugando partidas de la increíble suma de...¡un céntimo! Y si lo que te apetece es sentirte como un concursante de la tele, puedes acercarte a una de esas grandes ruletas verticales, apostar por un color y esperar a que el tacatacatacatá te haga millonario.

Si todavía quieres emociones más fuertes siempre puedes ir a las mesas de juego a apostar cantidades mínimas de 10 dólares(dependiendo de la mesa puede ser que la apuesta mínima sea hasta de 50 dólares)en el Black Jack, en la ruleta o en los dados. Tres juegos que por mucho que se diga dependen totalmente del azar, eso sí, un azar muy calculado porque “la casa siempre gana”. Si pasas el suficiente tiempo en alguna de estas mesas tendrás la suerte de que alguna camarera se te acerque a ofrecerte alguna bebida gratis. Siempre serán mujeres y llevarán falda muy corta pero la edad dependerá del estatus del casino. Pero si las camareras no te parecen suficiente, muchos casinos tienen alguna bailarina medio desnuda subida en un podio a la que los jugadores parecen prestar poca atención en comparación con el juego.

Otra de las zonas esenciales del casino es la de las apuestas deportivas. Puede parecer la sala de control de la NASA ya que hay una enorme pared llena de pantallas gigantes y rótulos luminosos en los que pasan a toda velocidad resultados incomprensibles. Enfrente, los jugadores pueden sentarse en una butaca y seguir su carrera de perros favorita en una pantalla individual. Desde atletismo hasta golf pasando por partidos de baloncesto de las universidades, se puede apostar a todo.

La última zona es la sala de Póker. Curiosamente, la única en la que no se puede fumar. Allí puedes unirte a una partida en grandes mesas en las que el casino nunca pierde, porque simplemente se lleva un porcentaje de todo lo que uno gane. Nosotros nos quedamos con el mus.

Para haceros una idea del ambiente, hay que saber que no hay luz natural en ningún casino ni ningún sitio donde poder sentarse a descansar que no sea una mesa de juego, una tragaperras o un bar ¿casualidad? No lo creemos.

Bueno, si tienes hambre siempre puedes irte a la zona de comida. Puede que estés en uno de esos hoteles en los que por poco dinero puedes disfrutar de bufé libre durante todo el día. Si no seguro que te encuentras algún McDonalds, Burguer King o similares que suele haber dentro.

Por alguna extraña razón, en todos los casinos hay unas moquetas horribles que cubren todo el suelo y la mayoría de las crupieres son asiáticas.

Si, los casinos en Las Vegas suelen ser así, y quien quiera verlos lo tiene bien fácil, porque sus enormes puertas abiertas (en muchos ni siquiera hay puertas y simplemente se cruza una entrada) invitan a todo el mundo a que disfruten de sus encantos. Adultos, niños y ancianos, todo el mundo es bienvenido en estos templos del despilfarro.

Creo que nosotros hemos tenido suficiente y seguiremos nuestro viaje por algún lugar un poco más auténtico y real.


Palo y Mikel

1 comentario:

  1. Pues por vuestro video se parece bastante a las películas. Creo que, si puedo, evitaré acercarme...

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