martes, 8 de junio de 2010

Zacatecas: comienza la ruta colonial

Zacatecas fue el primer destino de nuestra ruta colonial. Fue uno de los más importantes centros mineros del continente lo que pronto atrajo la atención de los españoles que edificaron una de las más bellas ciudades del país que fue declarada patrimonio de la humanidad.

Nada más llegar nos vino a buscar Marvin (sí, lo habéis adivinado, nuestro nuevo anfitrión gracias al couch surfing)con una chica que muy ilusionado nos contó se había convertido en su novia hacia unas horas. Sin pasar por casa nos fuimos directamente a una reunión de antiguos compañer@s de cuando estudiaron música que más tarde se convertiría en fiesta que curiosamente se celebraba en casa de Charo, la que había sido su maestra. Entre chela y chela, aprendimos a bailar la música norteña y ya terminada la cerveza, el tequila, y algunas botellas de licor que la profe tenía en su casa acabamos cantando a Sabina y a Chavela Vargas. Unidos por la música.

Al día siguiente, tras haber dormido lo suficiente nos fuimos a conocer la hermosa y bulliciosa ciudad de Zacatecas en la que sobre todo disfrutamos de sus edificios,sus plazas, sus casitas y la espectacular fachada barroca de su catedral. Esa tarde nos fuimos al cerro de la Bufa cruzando la ciudad en el teleférico que atraviesa la ciudad por lo alto con unas espectaculares vistas. Además de un mirador hay algunas estatuas de los hombres que participaron en la batalla de Zacatecas durante la revolución, y entre ellos, Pancho Villa escopeta en mano.

Por la noche cocinamos para Marvin y su hermano Michael, curiosamente unos fanáticos de las series españolas de las cuales nosotros no conocíamos nada(¿el internado?¿pero eso desde cuando está en la tele?) También son grandes amantes del couch surfing, y sobre eso sí pudimos charlar tranquilamente ¡Hasta se han cambiado de casa para poder tener un dormitorio únicamente para recibir a los viajeros que estén de paso!Vivan las casas de puertas abiertas.

Otro día lo dedicamos a conocer la antigua mina llamada ”El Edén”, que posiblemente fue un infierno para la mayoría de las personas que trabajaron allí durante años. Esta mina estuvo activa durante casi 400 años y es el origen de la riqueza de Zacatecas. Hoy en día sólo funciona como museo pero cuenta con una espectacular discoteca, la única a 500 metros bajo tierra.

También fuimos al museo de arte abstracto José Felguérez, un polifacético artista local. Es interesante no sólo por sus obras, sino porque el edificio fue un antiguo seminario convertido en cárcel que ahora pasa sus días alojando obras de arte.

Ese día probamos el famoso pozole(un rico guiso) en un curioso restaurante cuyos baños son una pajarera gigante y sus muros están cargados de decoración inspirada en la revolución.

Por la noche, antes de ir a casa, conocimos la famosa cantina de las 15 letras, uno de esos tradicionales antros mexicanos donde todavía hasta hace poco se podía orinar sentado en la barra (ahora el urinario se encuentra en un pequeño armario donde unas puertas de bisagra no evitan la mirada de todo el mundo sobre tu coronilla)Además, todo tipo de recuerdos, fotografías y dibujos cubren cada centímetro de sus paredes. Desde una foto del subcomandante Marcos hasta un altar a Jesús Malverde.

El último día lo pasamos tranquilamente paseando y visitamos un bonito museo dedicado a las Máscaras. Ubicado en un antiguo convento en ruinas, Rafael Coronel, un adinerado zacatecano que dedicó su vida a la colección de máscaras del folclore mexicano fundó este museo que lleva su nombre. Durante esa tarde tuvimos la suerte de toparnos con dos conciertos gratuitos en plana calle. El primero, el de la banda del estado de Zacatecas que interpretó clasicos mexicanos y después, un poco de baile gracias a la Sonora Santanera, una banda que con sus ritmos tropicales puso a bailar a todo el mundo. Este último concierto no era más que un reclamo electoral del PAN(Partido de acción nacional). Porque en este país cuando hay elecciones las campañas de los partidos son de lo más abrumadoras. Carteles en cada poste, puente o tienda. Aquí no existen los espacios publicitarios. Es la guerra de haber quien consigue pegar más carteles. Murales electorales en cada pared, cientos de coches con inmensas pegatinas con la cara de su candidat@ favorit@, camiones con altavoces que martillean a los tímpanos con ridículas canciones que alaban a l@s candidat@s . Se reparten gorras, pulseras, camisetas y todo tipo de parafernalia que la gente parece aceptar sin mayor problema. Y lo peor es que están así durante más de dos meses. Menos mal, que ante tal derroche y lavado de cerebro vimos anunciada una manifestación contra este circo político.

La última noche nos volvimos a reunir con los amigos de Marvin, pero esta vez no pasamos de las cervezas. Nos reímos hablando de diferentes expresiones en cada idioma y estuvimos hablando mucho sobre machismo y las diferentes formas que adopta en este país. Pero esto merece otra entrada, así que ya hablaremos de ello.

Este fue el final de nuestros días en Zacatecas, ya que por la mañana tomamos un autobús que nos llevó a San Luis Potosí, otra bonita ciudad que los españoles fundaron atraídos por su plata.


Palo y Mikel

P.D: Podéis ver más fotos aquí


2 comentarios:

  1. No os sorprende el contraste de la fachada con la sobriedad del interior?

    Los políticos también regalan comida a gente casi hambrienta antes de las elecciones

    R.B

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  2. Pues la verdad es que el interior mal lo pudimos ver porque estaban restaurando la mayor parte. Pero si que es verdad que esa austeridad interior es característica de muchas iglesias que hemos visitado. Por no hablar de las misiones claro.

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